viernes, 28 de abril de 2017

UNA CERCANA LEJANÍA

Las proximidades
Concha García
Calambur. Barcelona, 2016
79 páginas. 12 euros



La trilogía que Concha García inició con Acontecimiento (2008) y continuó con El día anterior al momento de quererle (2013), alcanza su cierre en la “sabia luminiscencia” de Las proximidades. En este imprescindible libro toma cuerpo la precisa conciencia de la percepción en la proximidad detenida del instante: “Miras, como si comprendieses / que en el mirar subyace / toda la escena”. Una mirada que, a partir de la inquietud de lo próximo, se abre hacia lo(s) otro(s) desde un yo más repartido que se hace único y plural: “La prueba es / que nos atravesamos / y la velocidad no resiste / un detenerse / tan cercano”. Es el particular tejido del espacio y del tiempo en la contenida inquietud de lo que está por suceder o por llegar a ser: “el momento presente / se disuelve en el que / ya sucedió”. Poemas que dan cuenta de las densidades no medibles del tiempo, en un proceso de detenciones y miradas que perciben el mundo en todas sus dimensiones, pues las “sombras movedizas” de “la realidad se prende(n) / en varias instantáneas”.

Es una voz que, enhebrada a un cuerpo y a una vida en el tacto de la proximidad, se sostiene gracias a un yo que consigue simultáneamente percibir y ser percibido, capaz de revelar lo que es y lo que está en los instantes de lo cotidiano, un modo de proteger y tornar visible lo aparente, pues como dice el título de uno de los poemas, no hay “Nada más exuberante que la percepción de la vida”. La serena mirada incisiva de este libro levanta el velo de lo que ya estaba ahí, ese “aura” que es, como dijera Walter Benjamin, “la manifestación irrepetible de una lejanía”, por muy cercana que esté, como en este libro necesario.


Esta reseña de "Las proximidades" de Concha García, fue publicada en Babelia - El País, el sábado 18 de febrero de 2017


EN EL UMBRAL DEL MUNDO

No estábamos allí
Jordi Doce
Pre-Textos. Valencia, 2016
96 páginas. 16 euros


La escritura de Jordi Doce (en sus libros poéticos y de ensayo, de notas y aforismos, incluso en sus traducciones) es fruto de un pensamiento poético que es el reflejo de una unidad de “tono” -entendido en su sentido etimológico como el de una cuerda tensada- en la que reside la presencia y la fuerza de su poesía. En No estábamos allí, ese tono dibuja un clima y un paisaje donde “la extrañeza es una forma de atención / una distancia desnuda”. Ese cambio de relieve -que estaba presente en Perros en la playa (2011) y en Monósticos (2012), estos últimos incluidos aquí como parte cardinal de este nuevo libro- surge de una inflexión tonal que tiene ahora un acento más narrativo, dando entrada al lado imaginativo y expresionista de una mirada “donde vida y sueño se replican eternamente”. Con una lengua abiertamente concisa, más vivaz y desprendida, acaso machadianamente ingrávida y ligera, se levantan escenarios que muestran las luces y las sombras de atmósferas y momentos precisos, justo ahí, “cuando el mundo se convirtió en el mundo”.

Una vida en suspenso, un tiempo desconcertado y perplejo, con esa “luz tangente” que surge allí donde “la curva del brotar y la curva del horizonte // se confunden”. Poemas que habitan zonas de frontera, un territorio fantasmal y borroso, no tanto difuso como perturbador, entre el yo y los otros: presencias girando “en la rueda de las apariciones”. Una realidad enhebrada al misterio, entre la paradoja y la conjetura, un umbral donde “recordar cómo es el mundo cuando no estábamos en él”. Poemas inolvidables que, al filo del cuento y de la fábula, arrastran al lector hacia un universo de imágenes filtradas, como “nubes de polen a la luz oblicua de la tarde”.


Esta reseña de "No estábamos allí" de Jordi Doce, fue publicada en Babelia - El País, el sábado 11 de febrero de 2017

http://cultura.elpais.com/cultura/babelia.html