No estábamos allí
Jordi Doce
Pre-Textos. Valencia, 2016
96 páginas. 16 euros
La
escritura de Jordi Doce (en sus libros poéticos y de ensayo, de notas y
aforismos, incluso en sus traducciones) es fruto de un pensamiento poético que es
el reflejo de una unidad de “tono” -entendido en su sentido etimológico como el
de una cuerda tensada- en la que reside la presencia y la fuerza de su poesía. En
No estábamos allí, ese tono dibuja un
clima y un paisaje donde “la extrañeza es una forma de atención / una distancia
desnuda”. Ese cambio de relieve -que estaba presente en Perros en la playa (2011) y en Monósticos
(2012), estos últimos incluidos aquí como parte cardinal de este nuevo libro- surge
de una inflexión tonal que tiene ahora un acento más narrativo, dando entrada al
lado imaginativo y expresionista de una mirada “donde vida y sueño se replican
eternamente”. Con una lengua abiertamente concisa, más vivaz y desprendida, acaso
machadianamente ingrávida y ligera, se levantan escenarios que muestran las
luces y las sombras de atmósferas y momentos precisos, justo ahí, “cuando el
mundo se convirtió en el mundo”.
Una vida en suspenso, un
tiempo desconcertado y perplejo, con esa “luz tangente” que surge allí donde
“la curva del brotar y la curva del horizonte // se confunden”. Poemas que habitan zonas de frontera, un territorio fantasmal y borroso,
no tanto difuso como perturbador, entre el yo y los otros: presencias girando
“en la rueda de las apariciones”. Una realidad enhebrada al misterio, entre la
paradoja y la conjetura, un umbral donde “recordar cómo es el mundo cuando no estábamos en él”. Poemas
inolvidables que, al filo del cuento y de la fábula, arrastran al lector hacia un
universo de imágenes filtradas, como “nubes de polen a la luz oblicua de la
tarde”.
Esta reseña de "No estábamos allí" de Jordi Doce, fue publicada en Babelia - El País, el sábado 11 de febrero de 2017
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